Autor: Hasier Eraña

Las enfermedades priónicas están causadas por el plegamiento aberrante o malplegamiento de la proteína priónica celular (PrPC) a una conformación patogénica denominada PrPSc que está íntimamente ligada con la neurodegeneración que caracteriza estas enfermedades. Las distintas conformaciones que puede adquirir la PrPSc hacen que los priones existan como diferentes cepas o variantes conformacionales (por ejemplo la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob esporádica y la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob son dos cepas distintas de la misma proteína), caracterizadas por propiedades patológicas específicas (tiempos de incubación, áreas cerebrales afectadas, sintomatología…), probablemente determinadas por su estructura tridimensional. Hasta ahora se desconocía cómo aparecían estas variantes conformacionales y cómo distintos factores biológicos (denominados cofactores) influían en las diferentes conformaciones de PrPSc y determinaban sus propiedades patológicas específicas.

Recientemente, un estudio liderado por Joaquín Castilla desde el CIC bioGUNE ha confirmado la importancia que pueden tener distintos cofactores en la determinación de las propiedades biológicas de distintas cepas priónicas. Los diferentes cofactores, pese a que no son necesariamente una parte integrante del prion infeccioso, pueden restringir la propagación de distintas cepas y, por tanto, determinar las características de aquellas cepas cuya propagación favorecen. El trabajo, publicado en Acta Neuropathologica, una de las revistas más prestigiosas en el área de las enfermedades neurológicas, se ha realizado en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Salamanca, el Laboratorio Central de Veterinaria de Madrid y el Instituto Superior de Sanidad de Italia. Esta investigación abre las puertas a la comprensión de un fenómeno de gran complejidad y poco comprendido hasta ahora, que es la existencia de distintas cepas –similar a lo que sucede con los virus- de la misma proteína mal plegada. La idea de que los cofactores puedan dirigir o restringir la variabilidad de la cepa es el punto de partida para empezar a estudiar los cofactores relevantes en los procesos naturales de infección y una vez identificados, poder predecir propiedades de las distintas cepas como la capacidad de neuroinvasión o la facilidad para ser transmitida entre distintas especies. Estas observaciones tienen implicaciones de gran importancia para la comprensión de la patogénesis de las cepas priónicas y su capacidad para propagarse en diferentes tejidos y huéspedes.