Autor: Rafael de la Rosa
Virginia Mayoral perdió a su marido, Mariano, el pasado 22 de junio. Él, afectado de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob genético, es uno de tantos casos de personas que se ven sobrepasadas por el poder devastador de una enfermedad sin cura y sin tratamiento.
El testimonio de Virginia en cadena SER recalca la necesidad en la que tanto afectados como familiares se encuentran. “Este tipo de patologías que arrasan con la persona son muy difíciles de sobrellevar para la gente que estamos alrededor”, dice. La frustración de pedir ayuda a las autoridades y que nunca llegue (o lo haga demasiado tarde) es un punto de conflicto, sobre todo cuando las enfermedades priónicas son tan demoledoras. “En Madrid, por ejemplo, la ley de dependencia tarda 8 meses”.
Esperamos que sumando voces como la de Virginia podamos conseguir los cambios que se necesitan en las ayudas a los afectados y en demostrar la necesidad de investigación que encuentre un tratamiento y una cura para estas enfermedades raras.
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